Con más de un siglo desde su creación por parte de Charles Dow, esta teoría se mantiene firme en sus preceptos más allá de que los mercados hoy son mucho más volátiles, la información mucho más dinámica y todo impulsado por las tecnologías. Luego de que la teoría de Dow fuera creada por el magnífico editor del diario financiero The Wall Street Journal, hubo dos autores que la siguieron, refinando los conceptos como en el caso de William Hamilton o articulando su metodología tal como lo hizo Robert Rhea. La filosofía del mercado junto con las acciones que toman los precios y el análisis técnico son parte integral de la misma y prácticamente hoy son axiomas en el mundo de Wall Street.
Dentro de este análisis entran en primer lugar algunos supuestos que deben tenerse en cuenta y ser aceptados para que la teoría de Dow tenga sentido, uno de ellos es que la tentación a manipular las tendencias primarias está presente siempre, veremos cuáles son estas tendencias que cuando se manipulan en el intradía, se mantienen al final para el mediano y largo plazo. El otro supuesto es que toda la información que está disponible se encuentra en el mercado, o sea que los precios son el reflejo da una suma de riesgos, temores, esperanzas y expectativas de todos los actores.
La idea de esta teoría es que los inversores puedan eliminar de cierto modo la parte emocional, pero es indiscutible que para que todo trading sea exitoso los traders deben dejar de lado sus propios deseos ya que el mercado no se mueve por ello. Por supuesto que esta teoría no es infalible sin que se trata simplemente de un conjunto de principios y directrices que ayudan al operador a realizar sus propios estudios y conclusiones. En la segunda parte de este tema ingresaremos a la teoría en sí con los tipos de movimientos de precios que Dow y Hamilton identificaron y que es base de este axioma.